
Delitos de Sangre
Magaly les tráe las historias más conmovedoras de crímenes de la vida real. Aquí todos somos una familia, y juntos aprénderemos a protegernos y observar señales de peligro y a manternernos fuera de él. Estare hablando de historias que han ocurrido alredor del mundo, siempre guardando mucho respeto a las víctimas.
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Delitos de Sangre
LA PALOMILLA
La historia de José Aníbal Gerena Lafontaine, "La Palomilla", nos transporta al Puerto Rico de mediados del siglo XX para revelarnos una transformación humana extraordinaria que desafía nuestras concepciones sobre el crimen y la rehabilitación. Desde las humildes montañas de Utuado hasta convertirse en el fugitivo más famoso de la isla, este relato cautivador nos muestra cómo un joven marginado por la pobreza y la falta de oportunidades terminó convirtiéndose en un símbolo de redención.
Con apenas un octavo grado de educación, La Palomilla saltó a la fama no por la gravedad de sus delitos, sino por su asombrosa capacidad para burlar al sistema penitenciario. Siete fugas espectaculares —incluyendo su legendario escape de la temida prisión de Oso Blanco, donde utilizó una cegueta silenciada con grasa para cortar los barrotes y descender tres pisos con una soga hecha de sus propios pantalones— lo convirtieron en una figura mítica que paralizaba a la policía y fascinaba al público. Cada captura generaba multitudes, los periódicos agotaban sus ediciones, y su nombre resonaba en cada rincón de Puerto Rico.
El punto de inflexión llegó durante un violento motín carcelario cuando, contrario a lo que todos esperaban, La Palomilla protegió a un guardia penal en vez de aprovechar el caos para escapar. Este gesto marcó el inicio de su transformación. Tras años de buena conducta, recibió un indulto del gobernador Luis Muñoz Marín en 1961, y lo que siguió sorprendió a todos: se estableció en Barceloneta, formó una familia, creó un negocio exitoso (se le atribuye popularizar los famosos pilones de ajonjolí) y en 1969 fue homenajeado como ciudadano modelo.
Esta historia nos invita a reflexionar profundamente sobre las segundas oportunidades. ¿Puede alguien etiquetado como criminal cambiar completamente? La Palomilla nos demuestra que cuando el sistema ofrece una verdadera oportunidad de rehabilitación, incluso el fugitivo más famoso puede transformarse en un miembro valioso de la sociedad. ¿Conoces otras historias similares de redención? Comparte este episodio y únete a la conversación sobre cómo nuestras comunidades pueden ofrecer caminos genuinos hacia la rehabilitación.
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No todas las historias de fugitivos terminan en tragedia. Algunos no huyeron por maldad, sino por necesidad. Y en Puerto Rico hubo uno que se fugó tantas veces que ya ni los barrotes lo tomaban en serio. Le dispararon, lo capturaron, lo sentenciaron y aún así logró algo que nadie esperaba rehacer su vida. Hoy les cuento cómo un joven perseguido por toda la isla acabó convertido en ciudadano modelo cuando ya nadie apostaba por él. Esta es la historia de José Aníbal Gerén Alafontaine, a quien mejor se le conoce como la palomilla. Hola, mi gente, bienvenidos a su canal. Delitos de Sangre. Yo soy Magaly. Gracias por acompañarme durante este nuevo episodio. No-transcript. A veces los nombres quedan marcados no por lo que hicieron, sino por cómo lo hicieron. Y en los años 40, si había un hombre que ponía nerviosa a la policía y que hacía correr rumores de boca en boca, ese era José Aníbal Gerena Lafontaine. Algunos lo veían como un ladrón más, otros lo veían como un joven perdido Y unos cuantos, aunque nunca lo dirían en voz alta, lo admiraban por lo que lograba hacer frente a todo un sistema. José Aníbal no era un desvividor y tampoco era un líder de banda, pero se convirtió en el enemigo público número uno porque lo arrestaban y se escapaba, no una ni dos, sino que se escapó un total de siete veces Y con cada fuga su nombre se volvía más grande, más difícil de borrar. José Aníbal Gerena La Fontaine nació en el barrio Florida en Barceloneta, pero su crianza fue en Utuado, entre las montañas donde vivían sus padres. José Gerena y Luz La Fontaine Tenía una hermana llamada Doris Gerena La Fontaine, nacida en 1929, y un hermano llamado Darío Gerena y Luz Lafontaine. Tenía una hermana llamada Doris Gerena Lafontaine, nacida en 1929, y un hermano llamado Darío Gerena Lafontaine, nacido en 1930.
Speaker 1:José Aníbal llegó a estudiar hasta el octavo grado en la escuela. Después de eso la calle le enseñó lo que la escuela no pudo. Pero desde joven le empezaron a seguir los pasos. En los archivos policíacos y en los periódicos de la época su nombre aparecía con distintas variaciones Aparecía como José Ramón, josé Rosario, josé Luis, josé Carlos, hasta que uno de esos alias se convirtió en el que lo marcaría para siempre, como La Palomilla. Este apodo venía de una pandilla juvenil con ese mismo nombre, formada por un grupo de jóvenes que, en plena posguerra, se dedicaban a robar carteras y a meterse en casas. No eran sicarios, eran, como dirían en esa época, carteristas con baña. Pero la diferencia era que estos no sólo sabían robar, sino que también sabían escaparse.
Speaker 1:Puerto Rico, en aquella época, no era fácil para nadie, pero mucho menos para los que nacían en campos pobres como Florida o Tua Dolares. Estamos hablando de los años 30 y 40, cuando la isla era considerada una posesión de Estados Unidos. El desempleo era masivo, la pobreza normalizada y la educación pública una lotería. La gran mayoría de los niños se salía de la escuela a los 10 o 12 años porque tenían que trabajar, ya fuese vendiendo dulces, cargando canastas, lavando carros. Los campos estaban llenos de hambre y las ciudades llenas de oportunidades para quien supiera robarlas.
Speaker 1:No existían programas de apoyo para jóvenes en riesgo, ni psicólogos escolares, ni rehabilitación. Si te desviabas, ibas preso y ya. Y si eras menor ibas al reformatorio. Que el reformatorio en realidad no tenía mucho. Era una época donde la cárcel servía como escuela y donde, si nacías pobre, ya estabas a medio encerrar. Y que quede claro, mi gente, esto no es una excusa. No estoy justificando las decisiones que tomó. Sé que siempre hay quien comenta mis abuelos también crecieron en pobreza y no terminaron presos. Y es verdad. No todos los que nacen sin oportunidades se desvían. Pero también es cierto que no todos cargan con las mismas heridas ni viven la misma historia. Este canal no romantiza ni glorifica el crimen. Contamos las historias como fueron, con sus luces y con todas sus sombras. Y esta, la de la palomilla, merece contarse completa no solo por cómo comenzó sino por cómo terminó. Pero es desde ahí, desde esa esquina del mapa olvidada por muchos, que empieza esta historia.
Speaker 1:En agosto de 1945, la policía del pueblo de Arecibo arresta a un joven llamado Esteban González, quien era mejor conocido como Jimmy y era uno de los miembros de esa pandilla La Palomilla. Y con él empieza a caerse el grupo. Uno a uno los van identificando Algunos tenían 13, 15, 19 años, todos eran menores y parte de ese grupo ya empezaba a ponerle los pelos de punta a la policía. Los arrestaban y se escapaban una y otra vez. Tanto en San Juan, santurce, mayagüez, la historia se repetía. Estos jóvenes forzaban puertas, burlaban a los guardias y luego desaparecían. A veces los volvían a capturar y otras veces no. Y entre todos esos nombres había un joven que todavía no aparecía, pero que no tardaría en sobresalir.
Speaker 1:En octubre de ese mismo año finalmente arrestan en el pueblo de Utuado, a José Aníbal Gerena Lafontaine, de 17 años. Lo trasladan a San Juan y les radican cargos por hurto mayor y portación de armas. Pero como todavía no era mayor de edad porque en ese tiempo será menor hasta los 21 años no lo enviaron al presidio, sino que lo enviaron a la Escuela Reformatoria de Mayagüez. En esa época, en Puerto Rico la mayoría de edad no era los 18 como ahora era los 21 años. Así que, aunque José Aníbal ya tenía 17, cuando lo arrestaron por primera vez, todavía lo consideraban menor de edad ante la ley. Hoy en día, a los 17 años, muchos ya son procesados como adultos, dependiendo del delito. Pero en los años 40 eso no se hacía tan fácilmente Y esa diferencia de edad fue clave para que no lo encerraran en una cárcel de adultos desde el principio. En vez de eso lo mandaron a un lugar que supuestamente lo iba a rehabilitar, a la Escuela Industrial de Mayagüez. Pero en vez de salir mejor, salió más astuto y eso lo salvó por ahora.
Speaker 1:La policía pensó que con esos arrestos la pandilla se había acabado, que se había desintegrado con el gran trabajo de la policía. Si bien los otros ya estaban tras las rejas o rendidos, la palomilla apenas estaba empezando su historia, una historia que, como veremos, no iba a parar ahí. Pasaron algunos años desde aquel arresto inicial, pero para abril de 1948 el nombre de la palomilla volvió a salir a la luz Y esta vez ya no era por carteras ni travesuras de barrio. Lo que se dice que hizo fue bastante serio. En la calle Los Pinos del sector Arizona en Arecibo, la palomilla alegadamente agredió con un cuchillo a un joven de 22 años llamado Agustín Serrano Vélez, a quien apodaban Manny. Agustín Serrano Vélez, a quien apodaban Manny, no fue un simple encontronazo se dice que lo hirió tres veces con un arma pulso cortante, lo cual lo dejó gravemente herido, y huyó como si nada Sobre Agustín Manny Serrano Vélez, el joven que recibió estas puñaladas. No existen registros públicos de qué le pasó después. No se sabe si sobrevivió, si se recuperó ni si volvió a caminar.
Speaker 1:Lamentablemente, a veces la historia se concentra en el agresor y olvida a las víctimas. Así que si alguno de ustedes recuerda o sabe qué le pasó a Maní, déjenmelo saber en los comentarios. Pero es ahora lo de la palomilla aparecer y desaparecer sin dejar rastro. El fiscal de Arecibo, lorenzo Lagarde Garcés, actuó bastante rápido y le erradicaron cargos por intento de asesinato y portación ilegal de armas. Le fijaron una fianza de 5.500 dólares.
Speaker 1:Para ese momento la palomilla ya era conocido en las estaciones de policía. Lo que nadie esperaba era todo lo que estaba por venir. Un año después, en mayo de 1949, estando ya preso en la cárcel del distrito de Arecibo, volvió a hacer lo que mejor sabía y se escapó otra vez. No hay dato preciso sobre cuándo ni cómo se dio la primera fuga de José Aníbal. Lo que sí está documentado es que, tras su arresto en 1945, fue enviado a este reformatorio, de donde ya se había escapado una vez.
Speaker 1:Ese episodio inicial marcó un patrón de fugas recurrentes velocidad para salir y una audacia que lo definieron en los años que siguieron. La policía lanzó la alerta de inmediato. Esta vez No era cualquiera fuga. Ahora la palomilla era considerada oficialmente como un prófugo peligroso y la presión para encontrarlo mi gente subió como la espuma.
Speaker 1:Poco tiempo después lo capturaron en Aguadilla, pero en vez de encerrarlo y reforzar la seguridad, lo llevaron a Santurce, al cuartel de la Parada 19, porque querían interrogarlo por un caso de asalto a mano armada contra un hombre llamado Daniel González, quien había sido víctima en plena avenida Muñoz Rivera, justo frente al parque Sixto Escobar. Daniel lo reconoció en cuanto lo vio, pero la palomilla, como siempre, lo negó todo. Dijo que él estaba en otro lugar, que tenía cómo probarlo y que además quería que lo investigara otro agente que no fuera el detective Ramón M Viriella, porque no confiaba en él. Obviamente que la policía no le creyó y lo acusaron formalmente de robo a mano armada junto a Marcial Lugo, alias El Chino. Ya para ese entonces, josé Aníbal sabía cómo moverse dentro del sistema. Y ahí, dentro del cuartel, volvió a hacer historia. El 30 de mayo de 1949 estaba encerrado junto a otro preso de nombre Luis Ortiz Antonio, acusado de robar unos cálices de la iglesia Y, supuestamente, cuando el reten fue al baño, se les dio la oportunidad perfecta. Pero aquí hay dos versiones Una versión dice que un cómplice le pasó las llaves y la otra, más impresionante por supuesto, dice y asegura que la palomilla usó un alambre amarrado a un palo de escoba para alcanzar la llave desde la celda.
Speaker 1:Como fuera abrió el candado, brincó por la ventana y salió corriendo por la parada 6. Un agente lo vio escapar y disparó, pero falló Otra vez habían perdido la palomilla. El escándalo no se hizo esperar. Un preso llamado Juan Febre Acevedo, que estaba en una celda cercana, juró haber visto entrar a un hombre vestido de blanco, con sombrero marrón, y luego salir sin que nadie detuviera a la palomilla.
Speaker 1:Fuera ayuda externa o pura creatividad, lo cierto es que la palomilla estaba suelto otra vez Y esta vez no era solo un ladrón, era un fugitivo supuestamente peligroso, definitivamente un dolor de cabeza para el estado y el nombre más repetido en los informes de inteligencia criminal. Y esto apenas iba por la mitad. La palomilla no llevaba ni una semana fugado cuando la policía empezó a recibir confidencias. Lo buscaban día y noche. Lo habían visto supuestamente en Río Piedras, en Isla Verde y en Bayamón, pero nadie lograba atraparlo Hasta que finalmente lo localizaron de madrugada en una calle Río Piedras en junio de 1949, un poco después de las dos y media de la mañana, cuando el detective Rufino Borrero se cruzó frente con él, intentó arrestarlo.
Speaker 1:Pero se dice y claro que sabemos que hay que tomar las cosas como un grano de sal que la palomilla sacó un revólver y le disparó dos veces a la gente, pero ninguna de estas balas lograron alcanzarlo, dándole la oportunidad a la gente a responder al fuego con varios tiros de vuelta Y, según él mismo declaró, la palomilla cayó al suelo, pero se levantó de inmediato y corrió por una carretera lateral hasta perderse entre los callejones. Para el tiempo que llegaron los refuerzos, la palomilla ya se había esfumado. Horas más tarde la palomilla intentó meterse en una casa, esta vez en la de un señor llamado Daniel Irizarry en la calle William Jones. Cuando lo sorprendieron tratando de forzar una ventana, la palomilla supuestamente disparó otra vez, dejando caer una media con 28 balas calibre 38, y nuevamente desaparece, como por arte de magia. El país estaba sorprendido no solo por toda la violencia, que no era común en esa época, sino porque nadie entendía cómo un solo hombre podía burlar a tantos a la vez. Y la tensión subió aún más cuando un cabo de nombre, arturo García, encontró un revólver tirado cerca de un puente. Lo entregó al cuartel y supuestamente todo apuntaba que también le pertenecía a la palomilla. Ahora todas las pistolas que aparecen por ahí son de él.
Speaker 1:El 19 de junio, tras semanas de persecución, lo volvieron a capturar, esta vez en Arecibo, y al momento de arrestarlo le confiscaron dos relojes, una cadena, sustancia de la que fuman, y 10 dólares en efectivo. La palomilla también admitió haber estado envuelto en el tiroteo de río Piedras. El fiscal Francisco Porratadaria le erradicó cargos por escalamiento y posesión de sustancias y se lo llevaron preso otra vez. Pero antes de ser trasladado, lo interrogaron por horas Y, aunque no se conserva públicamente el documento oficial de este interrogatorio, varios cronistas de esa época publicaron en el periódico El Mundo algunas de las respuestas textuales. Y lo que dijo dejó a muchos con la boca abierta.
Speaker 1:Sobre el uso de sustancias, la palomilla respondió no me pregunten quién me los vendió, no quiero meter a nadie en eso. Yo fumo desde hace cuatro años y lo consigo en San Juan Todo el mundo fuma. Eso no es delito grande. Y cuando le preguntaron si vivía del crimen soltó sin filtros, yo no vivo de atraco, lo que yo hago es meterme en las casas. No tengo dinero, no tengo trabajo. Pero dijo que nunca había terminado o abusado de la vida de nadie.
Speaker 1:Esa forma de hablar directa, sin miedo, sin pena, reflejaba exactamente quién era. No se victimizaba, no se justificaba, solo decía lo que sentía. Y aunque muchos criticaron su supuesto descaro, otros lo escuchaban con una mezcla de rabia, curiosidad y hasta admiración. La mañana después del tiroteo, los periódicos amanecieron con su cara en primera plana. No importaba si vivías en Caguas, en Mayagüez.
Speaker 1:Todo el mundo sabía el nombre de José Aníbal Gerena Lafontaine. Y la pregunta era la misma en cada esquina Y ahora qué van a hacer con la palomilla? La policía lo presentó ante el tribunal de inmediato. Los cargos eran asalto agravado, portación de armas, tentativa de asesinato y fuga reiterada. Pero había un problema La presión pública era inmensa y el sistema no podía permitirse quedar mal otra vez, así que el tribunal le impuso una de las fianzas más altas de la época 26 mil dólares.
Speaker 1:Eso, en los años 40, era una sentencia económica imposible. Era como decirle no vas a salir. No, esta vez. Pero la palomilla ya no era solo un acusado, era un personaje nacional.
Speaker 1:La prensa lo seguía, la gente discutía su caso en la radio y algunos hasta se atrevieron a compararlo con Robin Hood. Aunque él nos robó para otros robaba para él. Pero eso no importaba. Lo que importaba era la narrativa. Un joven, pobre, inquieto, quien escapaba de cárceles como quien escapa de una verja rota. Y ahora, por primera vez, el sistema lo tenía. Podrían retenerlo? No, la historia no se detendría ahí, porque, a pesar de estar bajo custodia, a la palomilla le quedaban más fugas, más juicios y hasta una película que nadie se imaginaba Ya. Tenía encima varios cargos, condenas acumuladas y un historial de fugas tan extenso que uno pensaría que esta vez lo iban a cerrar bajo siete llaves. Pero no.
Speaker 1:En la madrugada del 14 de marzo de 1950, josé Aníbal Gerena Lafontaine, alias La Palomilla, protagonizó una de las fugas más audaces del Presidio Insular de Río Piedras, conocida como Oso Blanco, una de las cárceles más temidas en su momento, pero él no le temía eso. Con una cegueta robada, un par de pantalones de prisionero y pura paciencia, cortó los barrotes de la ventana de su celda ubicada en un tercer piso. Pero no lo hizo a lo loco. Usó grasa como amortiguador de sonido para que los cortes no se escucharan, lo que le permitió trabajar sin despertar a los guardias. Y cuando tuvo la ventana libre, se amarró una soga hecha con su propio pantalón y descendió hasta el segundo piso. El problema era que desde ahí todavía quedaban como 30 pies de altura. Problema era que desde ahí todavía quedaban como 30 pies de altura. El resto lo hizo con una combinación de suerte piernas y una colchoneta roja, porque eso no lo detuvo. Rasgó el colchón de su cama y usó la guata como cojín para amortiguar la caída y saltó Un guardia.
Speaker 1:Alberto Curet lo vio en plena acción y le disparó tres veces y salió corriendo detrás de él, pero terminó cayéndose en una zanja. Para cuando se levantó, la palomilla ya otra vez estaba en la calle, perdido en la oscuridad. Esa fuga no fue cualquier cosa, fue una burla directa al sistema, un mensaje claro No hay barrotes que me retenga. Y para muchos ese fue el momento donde dejó de ser simplemente un fugitivo y se convirtió en una leyenda. Ahora, esa fuga no solo volvió a ponerlo en libertad, sino que impactó profundamente la opinión pública, exponiendo las graves fallas del sistema penitenciario en ese momento. Y lo que vino después fue todo un circo.
Speaker 1:El director del presidio, félix Rivera, intentó justificar lo ocurrido diciendo que probablemente hubo una conspiración entre presos. Según él, otros confinados Miguel Ángel González Rodríguez, alias Quejolo, y Antonio Caraballo Vélez también habían estado planificando escaparse con él usando la misma ruta. Pero se abrió una investigación interna y lo que salió a relucir fue un total desastre en la prisión, con poca vigilancia nocturna, mal alumbrado exterior y barrotes hechos con un material tan débil que era fácil de cortar. Todo indicaba que la gran, temida prisión del Oso Blanco tenía más huecos que seguridad Y, aunque hubo sospechas de que alguien de afuera le pasó esa cegueta, también se planteó que pudo haberla conseguido dentro del mismo presidio, lo cual, de ser cierto, hablaba aún peor del sistema carcelario. La noticia se regó como pólvora. En cuestión de horas ya se hablaba de su escape en San Juan, en Caguas, en Ponce, en Bayamón y hasta en la prensa exterior. Pero eso no era todo.
Speaker 1:Unos días después, el 19 de marzo, un soldado norteamericano llamado Edward Marshall dijo haber visto a la palomilla en Arecibo a las 4 de la mañana y, según su relato, al confrontarlo la palomilla le disparó dos veces y él le respondió con varios tiros, pero la palomilla volvió a escaparse, esta vez internándose entre los cañaverales. Y si ya todo esto te parece increíble, espera El propio procurador general interino, josé Aponte. Aseguró escuchen esto. Aseguró que había visto a la palomilla desde un avión mientras sobrevolaba la zona de Barceloneta. Dijo que lo vio caminando por una carretera medio abandonada, que mandó a bajar el avión mientras sobrevolaba la zona de Barceloneta. Dijo que lo vio caminando por una carretera medio abandonada, que mandó a bajar el avión, pero que cuando pasaron de nuevo por el área, la palomilla ya no estaba. Esto la prensa no lo perdonó mi gente.
Speaker 1:Un columnista del periódico El Mundo, de nombre Eliseo Convas Guerra, se burló ahí abiertamente diciendo ¿qué vista la del fiscal desde un avión pudo identificar a la palomilla? ¿Y qué vista la de la palomilla también, que desde abajo lo vio venir y se escondió? Mientras tanto, la madre de la palomilla, luz Celeste Lafontaine, estaba enferma y su casa en Utuado, estaba bajo vigilancia constante. Un reportero la entrevistó y ella aseguró que su hijo nunca había terminado con la vida de nadie ni abusado de ninguna mujer. Que sí se había desviado, pero que era porque una vez una maestra le dio un codo. En la escuela algo así leí en la historia y desde ahí no volvió a confiar en nadie. Después de esa última gran fuga, lo buscaron como nunca antes.
Speaker 1:Estaba en la lista de los más buscados, había operativos, redadas rumores en cada barrio, pero él desapareció En medio de todo eso. La palomilla le escribió una carta a su madre diciéndole que quería entregarse. Le dio el nombre de una persona en San Juan con la que tenía que encontrarse para coordinarlo todo, pero parece que la señora se enfermó en el camino y no logró llegar a tiempo. Perdió la cita y se perdió la oportunidad. Días después la policía encontró una camisa ensangrentada con dos agujeros de bala y comenzaron a circular rumores de que la palomilla estaba herido, escondido y siendo protegido por alguien en un toado adhesivo.
Speaker 1:El 23 de marzo, a las 10 de la noche, finalmente lo encontraron. Entraron a la fuerza a una casucha en el barrio San Antón de Ponce y allí estaba él, herido, débil pero vivo. No ofreció resistencia. Lo habían atrapado otra vez. El día que capturaron a la palomilla, los periódicos se agotaron. No se hablaba de otra cosa.
Speaker 1:Desde las fotos de su arresto, los detalles del operativo, las especulaciones, todo el país quería saber qué había pasado, dónde estaba y si de verdad lo habían herido. Y sí estaba herido, durante la persecución había recibido dos impactos de bala, uno en el hombro izquierdo y otro en el testículo derecho. Pala, uno en el hombro izquierdo y otro en el testículo derecho. Aún así, se mantuvo de pie por días, escondido entre los cañaverales, sin comer, sin apenas dormir, esperando que el dolor bajara lo suficiente como para seguir huyendo. Y esto lo contó él mismo después, con una calma que rayaba en lo absurdo.
Speaker 1:Cuando lo arrestaron, lo trasladaron al hospital Damas de Ponce y ahí ocurrió algo que nadie vio venir. Casi 3,000 personas se acercaron al lugar, no para protestar, no a pedir justicia, sino a aclamarlo como si fuera una estrella de cine Gente gritándole que se cuidara, mujeres llorando, niños tratando de verlo de lejos. Una escena surreal. De ahí fue llevado nuevamente al oso blanco, pero no lo metieron directo en celda. Estuvo varias semanas en la enfermería recuperándose, y durante ese tiempo le llegaban cartas todos los días. Le llegaban regalos, comida, hasta fotografías firmadas por admiradoras. Y como si eso fuera poco, un joven de 14 años, conocido como el niño predicador Jorge Godoy, fue hasta el presidio para visitarlo. Jorge se había reunido antes con la madre de la palomilla y pidió verlo para hablarle de Dios y decirle que aún podía cambiar su vida. El momento fue tan comentado que hasta la prensa lo reseñó como si se tratara de un evento nacional. Mientras todo eso ocurría, los juicios seguían.
Speaker 1:En abril de 1950 fue llevado hasta la corte por haberse escapado del presidio y por el tiroteo contra el detective Rufino Borrero. El juez Julio Suárez Garriga del Tribunal de Distrito de San Juan ordenó que se le quitaran las esposas mientras lo escuchaba y al final lo sentenció a 90 días de cárcel por la fuga. Cuando el juez terminó, la palomilla lo miró con una media sonrisa y le dijo gracias, señor juez. Todo el mundo notó esto. No era sarcasmo, no era desafío, era una especie de respeto extraño, como si entendiera que por fin alguien le estaba hablando de frente, hablando de frente.
Speaker 1:El 12 de mayo de ese mismo año regresó nuevamente a la corte, esta vez por un robo cometido en 1949 en la casa del farmacéutico Luis Ortega, a quien le sustrajo un reloj y una sortija. El jurado lo absolvió en menos de cinco minutos y cuando salió del tribunal, la gente que abarrotaba la sala les regaló dinero. Lo tuvieron que sacar por la puerta de atrás, acompañado por su abogado, césar Andreu Rivas, y varios guardias penales. Ya, mi gente, la palomilla no era solo un reo, era una figura pública. Pero el 19 de mayo la suerte cambió. Ese día el mismo juez Suárez Garriga lo condenó a cinco años de cárcel por el cargo más serio que tenía pendiente, que era el del ataque contra el detective Borrero, y en mi opinión, debió haber sido el del intento de asesinato, ¿no? Y así la palomilla volvió a quedar tras las rejas. Pero lo que nadie se imaginaba era que el presidio estaba a punto de convertirse en una bomba de tiempo y él estaría justo en el medio guardias penales sin vida y provocó la fuga de 112 confinados.
Speaker 1:Fue una escena brutal con fuego, golpes, amenazas, gritos. Dicen que el origen fue una alianza entre presos comunes y un grupo deilla. Tomó una decisión inesperada En lugar de unirse al motín o aprovechar la confusión para irse, cosa que todo el mundo esperaba que hiciera, escondió a un guardia penal dentro de una celda y le salvó la vida. El mismo que tantas veces había huido de las autoridades, esta vez salvó a uno. Los rumores corrieron rápido. Algunos decían que estaba cambiando, otros pensaban que era estrategia para ganar beneficios. Pero entre los presos el gesto fue visto con respeto. A partir de ese día lo trataron como si fuera un visitante especial, no un preso más, más como a un turista en presidio. Poco a poco se fue ganando el favor de los celadores, de algunos funcionarios y hasta de otros convictos. Pero no todo era tan fácil como parecía.
Speaker 1:En mayo del año siguiente 1951, sucedió algo que reavivó la leyenda Se volvió a escapar. Nadie supo cómo. No hubo disparos, no hubo motín, solo desapareció. Y el rumor más fuerte que corrió por la calle es este que lo habían dejado escapar para que ayudara a atrapar a Toño Bicicleta y a Gregorio Lebrón Martínez. Verdad o mito? Nunca se confirmó.
Speaker 1:La administración del presidio negó eso rotundamente. El alcalde James M Jones dijo que días antes de la fuga un guardia había tenido un altercado con la palomilla en el comedor y lo golpeó con el retén. Eso, según ellos, fue lo que pudo haber motivado la fuga, como una venganza silenciosa. Pero no tardó mucho en aparecer.
Speaker 1:El 21 de junio de 1951 lo arrestan en una casa que estaba ayudando a arreglar en Sabana Grande. Utuado, esta vez no corrió, no peleó y no se resistió, solo pidió ver a su madre que estaba postrada en una cama, pero no se lo permitieron. Cuando llegó al nuevo presidio, cojeaba y cuando uno de los periodistas le preguntó por qué, contestó sin rodeos me disloqué el tobillo, cayendo en un hoyo endorado mientras caminaba asituado. Después de su captura, los fiscales Efraín Ruiz y Guillermo Gil lo acusaron por la nueva fuga y por portación de armas. El juez Juan Toro lo sentenció a tres años más de cárcel. Pero aquí vino un detalle clave. En el informe probatorio que se le entregó al tribunal se decía que la palomilla sufría de claustrofobia desde los 14 años, desde aquella primera vez que lo encerraron solo en una celda de la princesa. Por eso el mismo informe recomendaba que se le permitiera salir del encierro de vez en cuando para evitar que su condición se agravara. Pero en la práctica eso no se cumplía y al poco tiempo su abogado, césar Andreu Rivas, volvió a denunciar lo que ocurría dentro del presidio, diciendo mi cliente lleva días encerrado desnudo a un calabozo y no me permite ni siquiera visitarlo.
Speaker 1:La administración lo negó, todo como siempre. Pero esa fue la última vez que se registró un incidente entre la palomilla y el sistema carcelario, porque los años siguientes algo cambió. Es curioso cómo funciona la sociedad. Un joven sin educación, con un historial lleno de fugas, de robos, de resistencia constante, termina siendo más recordado por cómo escapa que por lo que los rodeaba. Y uno se pregunta ¿qué había detrás de ese impulso de huir todo el tiempo? ¿Era rebeldía o era trauma?
Speaker 1:Desde los 14 años lo encerraron solo Desde los 14 años. Lo encerraron solo Claustrofobia, dijeron. Pero nadie se preocupó por tratarlo. Solo lo siguieron encerrando, empujando más y más a un muchacho que, como muchos otros en la isla, nunca tuvo una oportunidad real de enderezarse. Y lo más fuerte es que, a pesar de todo, nunca mató a nadie, nunca violó, nunca lideró una banda de narcotráfico.
Speaker 1:Lo que hizo fue meterse en casa, fugarse, desafiar un sistema que ya venía fallando desde antes que él naciera. A veces, cuando la cárcel se convierte en la única escuela, no sorprende que algunos aprendan a ser maestros en sobrevivir. Después de su última sentencia, en 1951, algo empezó a cambiar en José Aníbal Gerena Lafontaine. Ya, no era el mismo muchacho que se fugaba cada vez que podía. Poco a poco, los periódicos dejaron de hablar de él, las fugas se acabaron y los motines también. Y con los años el país se olvidó de la palomilla hasta que en 1955, volvió a salir en titulares, pero esta vez no como prófugo ni como amenaza. Esta vez era noticia porque, según el informe del presidio, se había convertido en un preso modelo, sin necesidad de castigo, sin incidentes, era colaborador y respetuoso. En el 1957, por su buena conducta, le conmutaron la sentencia y cuatro años después, en 1961, el mismo gobernador, luis Muñoz Marín, lo indultó oficialmente.
Speaker 1:El hombre que una vez tuvo al sistema en jaque ahora quedaba libre, y no solo libre regenerado. Se estableció en el barrio Perol de Barceloneta, se casó, crió un hijo y montó su propio negocio. Dicen que fue él quien inventó los pilones de ajonjolí, esas paletas con semillas que todavía se venden en fiestas patronales. Y si no fue el primero, al menos fue él que lo popularizó en su pueblo. Y para los que no sepan qué son los pilones, los pilones son unos dulces hechos de una mezcla de semillas de ajonjolí. Sepan qué son los pilones Los pilones son unos dulces hechos de una mezcla de semillas de ajonjolí, sésamo, tostado, miel o melaza de caña y a veces azúcar, que se moldean en forma de pequeños cilindros o conos sobre palitos similares a un lollipop.
Speaker 1:Para 1964, ya nadie lo llamaba la palomilla. Ahora era simplemente José Aníbal, el Comenciante. Palomilla Ahora era simplemente José Aníbal el Comenciante. La Escuela Superior de Florida, la misma región donde nació, le dedicó la clase graduanda de ese año y en 1969 fue homenajeado como ciudadano modelo. Lo aplaudieron, le dieron placas y lo celebraron.
Speaker 1:La historia que comenzó con barrotes, persecuciones y disparos ahora cerraba con diplomas, fotos familiares y respeto. En el 1970, el actor Efraín López Neres produjo una película inspirada en su vida porque sí, hasta una película tuvo. Y el día que murió ya no lo llamaban fugitivo, ni prófugo, ni ladrón. Lo llamaban vecino, padre, esposo, hombre trabajador y amigo.
Speaker 1:Esta historia no es para justificar lo que hizo, tampoco para romantizar sus delitos, pero sí es para dejar claro que a veces el sistema falla tanto que el mismo que perseguían termina dando cátedra de superación A la palomilla. Lo encerraron desde niño, lo marcaron, lo encerraron, lo golpearon y a pesar de todo, cuando por fin pudo vivir en paz, lo hizo. Fue víctima de abandono. Pero también fue prueba de que hay gente que no nace mala. Simplemente nace sin opciones, sin alguien que lo guíe por la vida. Y cuando por fin la vida le dio una oportunidad, él la aprovechó.
Speaker 1:Pude ver en Facebook unas cuantas comentarios. Le voy a poner el link, pero unos cuantos comentarios. Mucha gente que lo conocía dice que era su amigo, que hacía el delivery del gas. Me parece muy bien que logró recuperarse, logró cambiar su vida.
Speaker 1:Pero hasta aquí le llego mi gente con la historia de José Aníbal Gerena Lafontaine, el hombre que una vez fue la palomilla, un hombre que llenó de frustración a la policía de titulares a los periódicos y que, con los años, terminó siendo un ejemplo de que sí, se puede cambiar. Así que gracias por acompañarme hasta el final. Si esta historia te hizo pensar, si aprendiste algo nuevo o si te sorprendió lo que fue capaz de hacer este hombre, te invito a que me dejes un comentario. Quiero saber tu opinión¿ Crees que realmente se reformó o simplemente aprendió a sobrevivir? Y, como siempre, si no lo has hecho, suscríbete al canal, activa la campanita y comparte este video con alguien que recuerde o haya escuchado el nombre de La Palomilla, porque estas historias no se deben olvidar, porque son parte de lo que somos como pueblo. Sí que nos vemos en el próximo episodio. Gracias por acompañarme, por dejarme contar esta historia que tanto habían pedido. Mil gracias por su apoyo. Hagan bien Sin mirar aquí. Los quiero mucho. Delitos de sangre. Bye.