
Delitos de Sangre
Magaly les tráe las historias más conmovedoras de crímenes de la vida real. Aquí todos somos una familia, y juntos aprénderemos a protegernos y observar señales de peligro y a manternernos fuera de él. Estare hablando de historias que han ocurrido alredor del mundo, siempre guardando mucho respeto a las víctimas.
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Delitos de Sangre
Caso: CERRO MARAVILLA
El dolor aún persiste en Puerto Rico cuando se recuerda aquel fatídico 25 de julio de 1978. Bajo la neblina del Cerro Maravilla, entre los municipios de Villalba y Jayuya, dos jóvenes idealistas enfrentaron no solo sus miedos sino también una traición que les costaría la vida.
Carlos Enrique Soto Arribí, de apenas 18 años, y Arnaldo Darío Rosado Torres, de 24, nunca fueron los terroristas que la versión oficial describió. Eran muchachos con sueños, con esperanzas de un Puerto Rico diferente, y con la valentía o ingenuidad de creer que podían cambiar el mundo sin saber que serían víctimas de una emboscada mortal preparada por el mismo sistema que juraba protegerlos.
Lo que ocurrió aquella tarde sacudió los cimientos de la sociedad puertorriqueña: una ejecución extrajudicial ordenada desde arriba, un encubrimiento sistemático y años de mentiras repetidas desde posiciones de poder. El caso del Cerro Maravilla no solo expuso la brutalidad policial y la corrupción gubernamental, sino también la resistencia de un pueblo que no dejó morir la verdad.
Descubre cómo un taxista inocente convertido en testigo involuntario, periodistas valientes como Luis Francisco Ojeda y Carmen Jovet, y la persistencia de familiares y activistas lograron desenmascarar lo que realmente ocurrió: los jóvenes nunca dispararon, se rindieron con las manos en alto y fueron ejecutados mientras estaban de rodillas, algunos incluso esposados. Una verdad que el gobierno de Carlos Romero Barceló intentó sepultar bajo condecoraciones y discursos patrióticos.
El legado del Cerro Maravilla transformó para siempre la conciencia política de Puerto Rico, demostrando que sin prensa libre no hay justicia y que la memoria colectiva es la mayor defensa contra la impunidad. Comparte esta historia para que nuevas generaciones entiendan por qué cada 25 de julio, mientras suben flores y banderas hasta aquella cima, resuena un grito silencioso pero poderoso: "Prohibido olvidar".
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En Puerto Rico. Se dijo que fue un tiroteo, que la policía actuó en defensa propia y que los muertos eran terroristas. Pero lo que no se dijo fue que los jóvenes estaban desarmados, que se habían rendido y que le quitaron la vida de rodillas. Todo lo que pasó esa tarde lo encubrieron, lo celebraron y por años repitieron la misma mentira hasta que salió la verdad. Y cuando salió, enfureció a toda la isla. Este caso no solo cambió la policía de Puerto Rico, mi gente cambió su historia. Este es el caso del Cerro Maravilla. Hola, mi gente, bienvenidos a su canal. Delitos de Sangre. Yo soy Magaly. Gracias por acompañarme durante este nuevo episodio, como siempre. Los invito a que sean parte de esta familia, se suscriban al canal, me dejen un like, un comentario, compartan el video para que llegue a donde más personas. Puerto Rico en los años 70 no era fácil. Si eras joven, eras independentista y hablabas alto, te vigilaban, te marcaban y a veces hasta te callaban. El país estaba dividido, no solo por ideologías, sino por el miedo. Miedo a pensar diferente, miedo a decir yo no estoy de acuerdo. Miedo a que el gobierno mismo te pusiera una carpeta con tu nombre solo por ir a una protesta o repartir un panfleto. Asimismo, una carpeta literal. Una carpeta es un archivo con tu nombre, tu apellido, tu foto, información sobre quién tú veías, qué decías, a quién le hablabas, y toda esa información la recopilaba la misma policía. Esto no era teoría de conspiración, mi gente, esto fue real. Miles de puertorriqueños terminaron fichados como subversivos sin haber cometido ningún crimen.
Speaker 1:En ese ambiente fue que llegó al poder Carlos Romero Barceló del Partido Nuevo Progresista, el PNP, un ardiente defensor de la estadidad para Puerto Rico. Su administración llegó tras años de gobierno del Partido Popular Democrático, el PPD. Carlos Romero Barceló entró con fuerza y rápidamente endureció la línea contra grupos radicales. Bajo Romero Barceló, la Policía de Puerto Rico, en colaboración con el FBI, redobló esfuerzos para infiltrar y neutralizar organizaciones independentistas, presentando a sus militantes como terroristas. Entró con mano dura, con promesas de ley, orden y con un discurso bien alineado con los intereses de los Estados Unidos. Si tú decías independencia, inmediatamente eras una amenaza. Y mientras más organizaban los grupos independentistas, sobre todo lo de los jóvenes, más fuerte respondía el aparato del gobierno. Infiltraban movimientos, recogían información y si encontraban a alguien que podían manipular, lo usaban. Y así fue como apareció Alejandro González Malavé.
Speaker 1:Alejandro González Malavé era un muchacho de Río Piedras. Era joven, inteligente, carismático, pero estaba al servicio de la policía. Alejandro fue entrenado para meterse en organizaciones independentistas, para hacerse pasar por uno de ellos, ganarse su confianza y delatarlos. Y ahí, justo ahí, comienza la historia que cambia Puerto Rico para siempre. Pero antes de hablar del operativo, de los tiros, de todas las mentiras, tenemos que hablar de ellos porque no eran números, no eran terroristas y no eran amenazas. Eran dos jóvenes puertorriqueños con sueños. Tenían sus ideales y el corazón encendido por la injusticia.
Speaker 1:Carlos Enrique Soto Arribí tenía apenas 18 años, Era natural de San Juan, un niño aún. Nació en 1959 y estaba todavía terminando la escuela superior cuando se metió de lleno en el activismo independentista. Pero él leía, preguntaba y debatía. Era un joven callado y observador, pero con un compromiso que se le veía en los ojos. La independencia no era un juego para él. La veía como dignidad, como justicia, como algo que su generación tenía que exigir, aunque les costara. Le molestaba la hipocresía del sistema y, aunque no fue violento, sí, creía que había que hacer ruido, que había que dejar claro que no todo el mundo estaba conforme con la colonia. Y entonces está Arnaldo Darío Rosado Torres.
Speaker 1:Arnaldo tenía 24 años, parecía un poco mayor por todo lo que había vivido en la vida. Nació en 1953 en el viejo San Juan. Su familia era humilde, de esas que luchan con lo que hay. Era el hijo mayor y desde pequeño le tocó cargar con más de lo que le tocaba. Trabajó de todo, un poco como ayudante de construcción, empleado de almacén, pero lo que verdaderamente lo movía era la lectura, la poesía y la lucha por un país más justo. Escribía versos, leía Che Guevara y hablaba de revolución no como violencia, sino como transformación. Arnaldo era papá de un niño llamado Manuel, un bebé que apenas tenía unos meses cuando su papá salió de su casa aquella mañana y nunca regresó.
Speaker 1:Carlos y Arnaldo no eran parte de una célula terrorista, ni estaban organizando una guerra. Querían hacer una acción simbólica, algo que llamara la atención al país, algo que llamara la atención al país, algo que dijera aquí estamos, no estamos dormidos y queremos otro futuro. El plan, según supieron después, era sencillo Causar un incendio en una torre de comunicaciones del gobierno. El Cerro Maravilla es una montaña que se encuentra entre los municipios de Villalba y Jayuya, en el corazón de Puerto Rico y en arriba en la cordillera central. No estamos hablando de cualquier loma. Estamos hablando de un cerro alto, remoto, cubierto muchas veces por neblina, con caminos estrechos, curvas peligrosas y una vista que impone respeto. ¿y por qué ahí? Por lo que había en la cima del Cerro Maravilla. Allá arriba estaban y todavía están varias antenas de comunicación, torre de transmisión para radio, televisión, telecomunicaciones de gobierno, y entre ellas una que pertenecía a la Policía de Puerto Rico. Esa torre era clave para mantener comunicación entre cuarteles, agentes y unidades especiales, era como su nervio central en esa zona. Por eso, para los muchachos independentistas como Carlos y Arnaldo, ese cerro no era solo una montaña, era un símbolo del poder del estado Y causar un incendio allí, aunque fuera simbólico, sin intención de terminar con la vida de nadie, iba a ser un mensaje fuerte Un aquí estamos, no nos hemos rendido y todavía creemos que este país puede ser libre. Ellos pensaban que esa acción iba a ser un grito, un acto de resistencia, pero lo que no sabían es que los estaban esperando.
Speaker 1:Iba un tercer hombre ese día Alejandro González Malavé, un nombre que con los años se convirtió en sinónimo de traición. Alejandro tenía apenas 23 años en ese momento. Era joven como ellos, vestía como ellos, hablaba como ellos. Parecía uno más Y lo peor es que decía creer lo mismo que ellos. Peor es que decía creer lo mismo que ellos. Pero la verdad es que Alejandro llevaba años trabajando como agente encubierto para la policía de Puerto Rico.
Speaker 1:Desde jovencito, siendo aún estudiante, los reclutaron, le pagaban para infiltrarse en grupos independentistas y pasar información a la división de inteligencia. Alejandro se sabía los códigos, las palabras, las frases que inspiraban confianza. Y así fue como se metió en el grupo donde estaban Carlos y Arnaldo. Se ganó su confianza, se hizo el revolucionario. Les dijo también que él quería hacer algo grande, algo histórico. Y fue el mismo Alejandro quien les propuso la idea del Cerro Maravilla. Pero mientras hablaba con ellos de la patria y de querer hacer algo grande, por debajo de la mesa le pasaba todos los detalles a sus superiores.
Speaker 1:El 25 de julio de 1978, el Día de la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, a las 2 y 45 de la tarde, mientras el gobernador Carlos Romero Barceló estaba en Bayamón dando discursos, carlos Soto Arribí, arnaldo Darío Rosado y Alejandro González Malavé suben por la carretera 143 rumbo al Cerro Maravilla en un taxi forzado conducido por el señor Julio Ortiz Molina, a quien habían tomado como rehén un civil inocente que nunca se le pudo haber cruzado por la cabeza, que ese día se convertiría en testigo de uno de los crímenes más graves en la historia moderna de Puerto Rico. El carro sube por un camino angosto rodeado de monte cerrado. El área está fría, nublada y casi desierta. Solo hay antenas, cables y más arriba, escondidos entre la maleza, varios agentes de la policía de Puerto Rico. Ya estaban listos y en posición. La emboscada está montada Desde la mañana. La división de inteligencia había desplegado a sus hombres.
Speaker 1:Estaban esperando a los supuestos terroristas que el infiltrado Malavé había ayudado a reclutar. Sabían todo, sabían la hora, sabían que llegarían tres personas, dos radicales y su infiltrado. Sabían que iban en un taxi blanco y sabían que la orden no era arrestarlos, la orden era eliminarlos. Cuando el taxi se detiene en la cima, los tres jóvenes se bajan del carro. Arnaldo baja primero, carlos después y por último Alejandro Malavé, julio Ortiz.
Speaker 1:El taxista se queda en el asiento medio, encogido, petrificado y nervioso, sin saber qué era lo que estaba a punto de pasar. Y ahí es donde aparecen todos los policías. De repente Salen armados con rifles, escopetas, pistolas automáticas y empiezan los gritos ¡Quietos Tiren las armas manos arriba? No hubo tiempo para nada Y, según testigos, no hubo intercambio de disparos. En ese momento Carlos y Arnaldo levantaron las manos y Malavé también.
Speaker 1:El taxista entra en pánico, se tira al piso del carro y dice que desde ahí solo escuchó una primera ráfaga de disparos, fuerte y rápida, y después lo que vino fue puro silencio. Pero aquí los policías sacan a Julio Ortiz, el taxista del carro, lo empujan, lo alejan del área de las antenas y lo ordenan que se siente y que se calle. Y en ese momento Ortiz los ve, ve a Carlos y a Naldo de pie con las manos arriba, ve a Malavé discutiendo algo con los policías Y luego los muchachos están en el piso, no muertos, vivos, los están golpeando y uno de ellos estaba esposado. Y es entonces cuando empieza la segunda parte del horror. Un agente lo cuenta años después, que los muchachos estaban arrodillados, no estaban armados y que alguien dijo Acaba con eso.
Speaker 1:Entonces aquí fue que vino una segunda ráfaga Tres, cuatro, cinco disparos a corta distancia, uno por detrás de la oreja, otro en el pecho, otro en la cara. Eso no fue un tiroteo, mi gente, eso fue una ejecución. Después de eso los policías acercan a Malavé su informante, le revisan la ropa, le dicen que finja una herida. Después de eso los policías acercan a Malavé su informante, le revisan la ropa, le dicen que finja una herida Y él sostuvo una leve herida de bala en un dedo, en todo el revolú. Le hacen posar para fotos donde aparece como detenido, como si fuera otro sospechoso, cuando en realidad él era parte del operativo.
Speaker 1:Y luego, luego, manipulan la escena, colocan un arma junto a uno de los cuerpos Y aquí crean la historia Ellos dispararon primero, los abatimos en defensa propia. Y que quede claro mi gente nunca hubo armas de fuego en posesión real de Carlos ni de Arnaldo, y la única arma presentada por la policía no tenía huellas. Minutos después de la emboscada, mientras los cuerpos de Carlos y Arnaldo aún estaban tirados en el cerro, el gobierno de Puerto Rico ya estaba vendiéndole otra historia al pueblo. En Bayamón, el gobernador Carlos Romero Barceló estaba en plena ceremonia oficial por el Día de la Constitución del Estado Libre Asociado y mientras daba su discurso le pasan una nota, él la lee, se levanta del podio y frente a las cámaras con total seguridad, dice la policía de Puerto Rico ha evitado un acto terrorista, han muerto dos atacantes, ningún agente resultó herido, la policía actuó con valentía. Y de ahí, mi gente, empezó la gran mentira. Desde ese momento, la narrativa oficial fue clara y directa que se trataba de un ataque terrorista, que la policía actuó en defensa propia, que hubo un intercambio de disparos y que los agentes merecían reconocimiento por su heroísmo. Y así, sin ninguna investigación, sin un informe, sin una sola pregunta, sellaron la mentira que les repetirían al país por años.
Speaker 1:Los medios más grandes se comieron esa versión sin cuestionarla. Ese mismo día los noticiarios abrían con aplausos a la policía Titulares como terroristas caen en tiroteo con agentes, atentado frustrado en torre de comunicaciones. Las estaciones de radio lo pintaban como una victoria, la televisión mostraba al gobernador saludando a los oficiales y los medios grandes calladitos repitiendo la versión sin cuestionar nada. Y qué pasó con el pueblo? La mayoría, al principio, creyó la historia, porque ¿quién va a pensar que la policía de su país terminó con la vida de dos jóvenes que se habían rendido? Quién se imagina que un gobernador se atrevería a felicitar policías asesinos en público? es que habían testigos.
Speaker 1:Uno en particular era el taxista Julio Ortiz Molina, un civil sin agenda política, un hombre que solo estaba haciendo su trabajo cuando lo obligaron a manejar hasta el cerro. Y lo que dijo él fue la primera grieta en el teatro. El taxista Julio Ortiz Molina, sobreviviente del operativo, fue entrevistado por la periodista Carmen Jovet en televisión Y ahí contó algo que el gobierno no esperaba escuchar. Contó que cuando lo sacaron del carro los muchachos estaban vivos, que escuchó dos tandas de tiros, no una, que no hubo tiroteo. Que vio a uno de los jóvenes rendido con las manos arriba, que los vio arrodillados.
Speaker 1:Su testimonio fue directo y sin adornos. No, se lo estaba inventando, estaba diciendo lo que vio. Estaba diciendo la verdad que todos los demás estaban tratando de esconder. Y cuando el pueblo lo escuchó, comenzaron las dudas. Y cuando se atrevió a decirlo, la maquinaria del gobierno se le fue encima. Lo atacaron, dijeron que estaba confundido, que tal vez estaba manipulando la historia. El mismo Carlos Romero Barceló públicamente lo desacreditó, lo llamó mentiroso.
Speaker 1:La policía insinuó que su testimonio era producto del shock. Pero la gente escena no permitieron acceso a periodistas independientes. Todo estaba cerrado, bajo llave, todo era clasificado. Los medios empezaron a insinuar que Julio tal vez había simpatizado con los terroristas. Todo era la palabra del gobierno contra el silencio de los muertos.
Speaker 1:Y mientras eso pasaba, la familia de Carlos y Arnaldo no sabían a quién acudir. Las familias estaban en shock. Alguno ni protocolo ni humanidad, solo titulares, fotos y declaraciones frías de funcionarios que no conocían ni los nombres completos de los jóvenes a quien acababan de eliminar. A la familia solo se le entregaron los cuerpos y le dijeron que ya todo estaba resuelto. Pero la gente en la isla ya no era la misma.
Speaker 1:Había un rumor corriendo calle arriba y monte abajo Eso no fue un tiroteo, eso fue un asesinato. Y ese rumor empezó a colarse en los periódicos, en las universidades, en los pasillos del Capitolio y en cada casa que alguien decía y si lo que nos están contando es mentira? Mientras tanto la policía seguía, celebrando públicamente el operativo. Se les rindieron homenaje a estos oficiales, se les condecoró, se habló de ampliar sus funciones Y al mismo tiempo los familiares de Carlos y Arnaldo tenían que ver en televisión cómo se honraba a los asesinos de sus hijos. Y no había forma de defender eso. Porque la cosa no cuadraba? porque las familias conocían a Carlos Enrique y a Arnaldo, porque cada día que salía un dato nuevo era una contradicción más, porque mientras más hablaba el gobierno, menos creíbles sonaban. Y entonces empezaron los rumores que los habían ejecutado, que hubo una orden directa de no dejarlos salir vivos, que el infiltrado no solo los entregó, sino que ayudó a montarlo todo. Y mientras tanto el gobernador, callado, sin decir una palabra, ni dar una disculpa, ni una promesa de investigar a fondo, solo repetía una y otra vez. La policía actuó con valentía. Y ese silencio, ese orgullo, esa falta de humanidad fue lo que encendió la rabia, porque no era solo el crimen, mi gente, era la arrogancia con la que se intentaba justificar todo lo que pasó.
Speaker 1:En los primeros días los medios repitieron la versión oficial como si fuera palabra sagrada. Pero con el pasar de las semanas, algunos periodistas comenzaron a hacer lo que se supone que haga la prensa en una democracia preguntar. Y uno de los primeros en poner el dedo en la llaga fue Luis Francisco Ojeda, que en ese momento era uno de los periodistas más incisivos de la isla. Ojeda no se tragó el cuento completo y empezó a cuestionar públicamente la versión del gobierno. ¿dónde están las armas de los supuestos terroristas? ¿Por qué no muestran las balas recuperadas? ¿Por qué no hay pruebas forenses abiertas al público? ¿Por qué, si el taxista dice que los vio vivos, no se le da credibilidad? Y no fue solo él. También se sumó Carmen Jovet, que había entrevistado al taxista Julio Ortiz Molina, dándole una plataforma para que el pueblo escuchara su otra versión. Carmen Jovet insistió en la importancia de revisar los testimonios sin prejuicios Y poco a poco la versión oficial se fue quebrando.
Speaker 1:Juan Manuel García Pazalacua, abogado, analista y comentarista público, también empezó a exponer las contradicciones. Él, desde una postura analítica, fue dejando claro que lo ocurrido no fue un operativo común que aquí había indicios de ejecución, encubrimiento y abuso de poder. Y mientras más preguntas se hacían, más nervioso se ponía el gobierno porque no tenían respuestas O, peor aún, no querían darlas. Después de los disparos en el Cerro Maravilla, ni Carlos Soto Riví ni Arnaldo Darío Rosado fueron trasladados a un hospital. No hubo ambulancia, no hubo paramédico, no hubo ni la más mínima intención de salvarles la vida. Los dejaron morir allí mismo. Y eso no fue descuido, eso fue parte del plan Porque, según la versión oficial, ellos habían disparado primero y todo fue en defensa propia. Pero si uno de ellos sobrevivía, si llegaba al hospital, si hablaba, se les caía la mentira, por eso los remataron y por eso los dejaron morir en el monte. Porque un muerto no habla, un muerto no desmiente al gobierno, un muerto no cuenta que estaba esposado, un muerto no dice que se rindió.
Speaker 1:El Departamento de Justicia de Puerto Rico abrió una investigación, pero manejada por gente cercana al propio gobierno. El resultado era predecible que todo se manejó bien, que no hubo exceso de fuerza, caso cerrado. Pero el pueblo de Puerto Rico no estaba satisfecho. Empezaron a aparecer detalles inquietantes, por ejemplo el informe de la balística, que nunca fue divulgado completamente. Las autopsias mostraban impactos de bala a corta distancia.
Speaker 1:Carlos Soto Arribí tenía marcas en las muñecas. Todo indicaba que estaba esposado. Cuando le quitaron la vida, uno de los cuerpos tenía moretones en la cara. Se escucharon dos tandas de disparos, no una. Entonces la pregunta ya no era si fue una ejecución, la pregunta era quién dio la orden? El pueblo ya no aguantaba más. Hubo protestas, marchas, vigilias, comunicados de sindicatos, de organizaciones civiles, de universidades. Y lo más fuerte es que los padres de los muchachos no se quedaron callados.
Speaker 1:Comenzaron a exigir justicia en todas partes. Fueron a los medios, hablaron sin miedo, dijeron nombres, pidieron una investigación federal, porque ya estaba claro que en Puerto Rico no iban a dejar que se supiera la verdad. Y aquí es donde el caso se empieza a salir de las manos del gobierno local, porque la presión fue tanta que en 1979, el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció que iban a intervenir. Iban a montar un gran jurado federal para investigar si en el Cerro Maravilla hubo violaciones a los derechos civiles, para investigar si en el Cerro Maravilla hubo violaciones a los derechos civiles. Y con eso el muro de silencio que el gobierno había levantado empezó a resquebrajarse. El proceso fue lento y con mucha piedra en el camino. El FBI, el mismo que por año había vigilado a los independentistas como si fueran enemigos de guerra. No se mostraba muy interesado en ir hasta el fondo, pero la presión del pueblo era constante. No querían dejar que esto se enfriara y por fin empezaron a salir las verdades que tanto querían esconder.
Speaker 1:Uno de los primeros que habló fue Miguel Cartagena, agente de la policía de Puerto Rico. Cartagena dijo algo que estremeció al país entero que los muchachos estaban vivos cuando fueron arrestados, que se habían rendido y que no hubo ningún intercambio de disparos como se había dicho al principio. Pero eso no fue todo. Confesó que vio a Carlos y a Arnaldo arrodillados y que, mientras él apartaba la mirada, escuchó los disparos. Que los mataron, que sí los ejecutaron de rodillas rendidos y los policías dispararon a matar. Bien, se reveló que las órdenes habían llegado desde arriba. Cartagena dijo, bajo juramento, que el entonces coronel de inteligencia, ángel Pérez Casillas, había dado una orden clara la noche anterior Esos dos no pueden bajar vivos de la montaña. Y así fue. Esa declaración lo cambió todo.
Speaker 1:Los medios ya no hablaban de terroristas muertos, ahora hablaban de ejecuciones extrajudiciales. La gente se tiró a la calle, los noticieros abrían con las confesiones, los programas de radio y televisión analizaban palabra por palabra los testimonios no-transcript fueron televisadas en vivo y les voy a dejar los enlaces en la descripción del video por si gustan verlos. Comenzaron a desfilar policías, forenses, testigos y oficiales Y la verdad se derramó frente, frente a todos, sin poder taparla. Ya, El taxista Julio Ortiz Molina testificó, lo repitió todo, que los vio vivos, que lo alejaron, que escuchó una segunda ráfaga de disparos. El agente Carmelo Cruz también rompió el silencio. Dijo que Alejandro González Malavé, el infiltrado, no solo llevó a los muchachos al cerro, sino que él sabía que los iban a matar, que él pudo haber evitado que llevaran al taxista y no lo hizo. Que usaron una pistola sin huellas para decir que los muchachos habían disparado, que el informe forense original había sido editado, que a uno de los cuerpos se le encontró un disparo detrás de la oreja. Cómo se explica eso en un tiroteo? Eso no se explica, eso se llama ejecución.
Speaker 1:Durante esas vistas el pueblo no parpadeaba. Cada noche el país se sentaba frente al televisor y escuchaba cosas que uno pensaría que solo pasaban en dictaduras, pero no Pasaron en Puerto Rico bajo un gobierno democrático, con un policía que decía actuar por el bien del pueblo. Y en medio de todo eso, el gobernador de Puerto Rico, carlos Romero Barceló, seguía negándolo todo. Siguió repitiendo su frase favorita Los policías actuaron con valentía mientras medio país lloraba y el otro medio se llenaba de rabia. Después de todo lo que salió en las vistas públicas, ya no había forma de seguir escondiendo la verdad. Había que hacer justicia, o al menos intentarlo.
Speaker 1:Para 1984, después de años de investigación, presión pública y gritos en la calle, se erradicaron cargos contra 10 policías. Se erradicaron cargos contra 10 policías 10, mi gente. Y no eran cualquiera. Algunos eran agentes, otros eran mandos superiores Y todos tenían algo que ver con el operativo, con la ejecución o con el encubrimiento. Entre ellos estaban Miguel Cartagena Flores, juan Bruno González, william Colombe Ríos, rafael Torres Marrero y otros que, aunque no dispararon, mintieron bajo juramento, ocultaron pruebas o participaron en la siembra de evidencias.
Speaker 1:Los cargos incluían asesinato en segundo grado, obstrucción a la justicia, perjurio y violaciones a derechos civiles. Y por fin, en el tribunal se empezó a escuchar la palabra que tanto se había evitado Ejecución Uno a uno. Los testimonios se volvieron a escuchar, las pruebas forenses se presentaron completas. Esto no había manera de taparlo. Fueron culpables Cuatro de los policías fueron convictos por asesinato en segundo grado.
Speaker 1:Otros fueron hallados culpables de encubrimiento. Ahora, las sentencias no fueron tan fuertes como el país esperaba, algunos cumplieron menos de lo que debía Y, como siempre, los peces grandes salieron intactos. Nadie en el gobierno de Carlos Romero Barceló fue procesado, nadie Ni por omisión, ni por encubrimiento, ni por mentirle al pueblo, nada. Carlos Romero Barceló se lavó las manos como Poncio Pilato desde el día uno Y aunque perdió la reelección en 1984 contra Rafael Hernández, colón jamás pidió perdón Hasta el día que murió siguió defendiendo lo indefendible. Dijo que él creyó en la versión que le dieron, pero nunca se retractó, nunca llamó mártires a los muchachos, nunca se paró frente a sus madres para pedirle perdón. Y el traidor, el infiltrado, el que nos llevó al cerro, alejandro González Maravé, ese se hizo testigo, estrella de la fiscalía. Gracias a su testimonio se lograron las convicciones, pero también gracias a su traición dos jóvenes terminaron muertos. Y aunque se salvó de ir preso porque le dieron inmunidad, la calle no lo perdonó.
Speaker 1:Después del juicio Vanavet quiso volver a la policía, pero no lo aceptaron. Quiso rehacer su vida, pero nadie confiaba en él. Empezó a hablar, a quejarse, a decir que tenía información que nunca reveló, que él no fue el único, que había gente más arriba. Y un día alguien se cansó de escucharlo. El 29 de abril de 1986, frente a la casa de su madre en Coupé. Malavé recibió varios disparos, por lo que murió en el acto a los 30 años.
Speaker 1:Un grupo clandestino llamado Organización Voluntaria por la Revolución se atribuyó el crimen y dijeron que fue justicia revolucionaria. Pero otros creen que no fueron revolucionarios, que fue alguien que quería callarlo porque Malavés sabía mucho, demasiado y estaba hablando más de la cuenta. Hasta el día de hoy nadie ha sido arrestado por su muerte. Nadie sabe quién apretó el gatillo, pero muchos saben por qué lo hicieron. Han pasado más de cuatro décadas desde aquel 25 de julio de 1978. Y todavía el caso de Cerro Maravilla no cicatriza, porque no fue solo la muerte de dos jóvenes, fue todo lo que vino después La traición, el encubrimiento, la mentira repetida en cadena nacional, la arrogancia de quienes juraron proteger al pueblo y los mataron y la impunidad de los que sabían todo y se escondieron detrás de un cargo político.
Speaker 1:Puerto Rico aprendió muchas cosas con este caso. Aprendió que la democracia no es garantía de justicia, que el uniforme no siempre protege, que los gobiernos también mienten y que la verdad, cuando se insiste en buscarla, sale, aunque sea. Arrastrándose A Carlos y a Arnaldo, los trataron de borrar, los llamaron terroristas, los pintaron como salvajes, los mataron de rodillas y luego quisieron matar su memoria. Quisieron matar su memoria, pero no pudieron, porque cada año en el Cerro Maravilla familias, estudiantes, líderes comunitarios y sobrevivientes de lucha se reúnen a recordarlos. Ese cerro ya no es solo una antena, ese cerro es símbolo de resistencia Y cada 25 de julio las flores, las banderas, los versos y el silencio suben hasta la cima para gritar una sola cosa Prohibido olvidar.
Speaker 1:El pueblo también aprendió que sin prensa libre no hay justicia. Aprendió que sin prensa libre no hay justicia, que si no fuera por los periodistas como Luis Francisco Ojeda, carmen Jovet, juan Manuel García Pazalacua y por testigos que se atrevieron a hablar, esta historia hubiera quedado enterrada. La verdad salió porque alguien tuvo el coraje de decir eso no fue un tiroteo, eso fue una ejecución. Y sí, se condenaron a varios policías Y sí, el gobernador perdió la elección. Pero hay heridas que no se curan con sentencias, porque el dolor de una madre que enterró a su hijo mientras el asesino era condecorado, ese dolor no se borra.
Speaker 1:Mi gente, hoy muchos ni siquiera conocen esta historia. Yo nací en el 79, crecí escuchando El Cerro Maravilla, pero nunca conocí esta historia a fondo hasta ahora. Otros prefieren no hablar de ella, porque incomoda, porque duele, porque señala, pero justamente por eso es que hay que contarla, para que nunca vuelva a pasar, para que ningún joven idealista vuelva a ser visto como una amenaza solo por pensar diferente Y para que el poder sepa que, aunque tenga uniforme, pistola o micrófono, la verdad siempre encuentra la forma de abrirse paso. Gracias por estar aquí. Este no fue un caso más. Este fue un crimen de estado y Puerto Rico nunca volvió a ser el mismo después de este caso del Cerro Maravilla. Que en paz descansen. Carlos Enrique y Arnaldo, si esta historia te ha tocado, te invito a que la compartas, porque a los que se fueron le debemos algo Que el país no se duerma otra vez. Gracias por acompañarme durante este episodio.
Speaker 1:Mi gente, dígame qué ustedes piensan de la historia del Cerro Maravilla, de lo que pasó allí. Realmente, este es un caso que tiene que ver con política. No quiere decir que yo le pertenezca a alguna política. Yo ni siquiera vivo en Puerto Rico en este momento. Por los últimos 26 añosquiera vivo en Puerto Rico en este momento. Por los últimos 26 años yo vivo en los Estados Unidos. Son historias que uno tiene que mencionar, quiera o no. No quiere decir que yo, como narradora, estoy defendiendo algún partido, pero recuerden que los quiero mucho. A veces no me creo. El apoyo que me han brindado, como que todavía no me, es real. No-transcript.